"Sabía que el campo de batalla del sufrimiento se reflejaba en mis ojos. Desde entonces, empecé a mirar directamente al lente, sin parpadear, sin sonreír, decidida a mostrar que sería una buena luchadora hasta el final". Estas palabras sirven de presentación a la exposición Frida Kahlo, sus fotos. Un archivo personal de la pintora mexicana que refleja su pasión por un arte que utilizó como recuerdo de los suyos, como herramienta de trabajo y como método para combatir la soledad.
Desde pequeña, Frida posó para su padre, fotógrafo alemán, igual que su abuelo. Después, la pintora se puso delante de muchos otros objetivos, ante los que desarrolló una identidad marcada por una mirada seria y penetrante.
La colección de más de 200 fotos, que se expone en la Casa Azul Museo de Frida Kahlo, refleja las pasiones de la vida de la artista: su familia, el amor por Diego Rivera, el cuerpo accidentado y el pasado prehispánico de México, entre otros.
Desde pequeña, Frida posó para su padre, fotógrafo alemán, igual que su abuelo. Después, la pintora se puso delante de muchos otros objetivos, ante los que desarrolló una identidad marcada por una mirada seria y penetrante.
La colección de más de 200 fotos, que se expone en la Casa Azul Museo de Frida Kahlo, refleja las pasiones de la vida de la artista: su familia, el amor por Diego Rivera, el cuerpo accidentado y el pasado prehispánico de México, entre otros.
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